"Ponerse los zapatos" del alumno virtual
En las conferencias sobre capacitación virtual que imparto, siempre me gusta comenzar hablando un poco de los alumnos virtuales de empresas, en qué entornos estudian, a qué presiones están sometidos, etc. Tener empatía con ellos, ponerse en su lugar, ayuda a los gestores de la capacitación a tomar las mejores decisiones para evitar rechazos a esta modalidad.
Lo considero muy importante porque el conocimiento de estas particularidades nos ayuda a diseñar mejor la acción de capacitación virtual y disminuir el impacto de las debilidades de esta modalidad de capacitación.
Yo creo que es más fácil para una persona, asistir a una sesión de clases presencial que participar en un curso virtual. ¿Por qué lo digo? Mencionaré algunas de ellas:
1. En general el estudio se realiza en entornos no tan propicios para la concentración y el aprendizaje.
2. Aunque exista colaboración y acompañamiento a través del computador y las redes, el alumno está estudiando solo y eso a veces se vuelve un poco pesado.
3. El alumno necesita tener capacidad de organización y disciplina para cumplir con los tiempos fijados para el estudio, qué difícil resulta esto!!!, en general, siempre se deja el estudio para el final o para las fechas de entrega.
4. El alumno debe tener habilidades para el autoaprendizaje, eso significa, repasar el contenido, extraer las ideas centrales, resumir, concluir, ejercitarse, etc.
5. El alumno requiere tener habilidades con el uso del computador y las comunicaciones por redes, aún en las empresas tenemos colaboradores muy principiantes en estos temas.
6. A la capacitación virtual le falta el complemento relajante y lúdico que se puede encontrar en la capacitación presencial al ser una jornada fuera de la oficina, quizás en otro lugar, conociendo caras nuevas, etc.
Sin embargo, la capacitación virtual es una modalidad de formación necesaria, sobre todo cuando no puedes reunir a los alumnos presencialmente, ya sea por limitaciones geográficas, tiempo o presupuestarias, por ello, claro que si, hay que hacerla pero intentando disminuir al máximo la incidencia de estos factores.
¿Cómo? A continuación expongo algunas ideas:
1. Conseguir la motivación y mantenerla es super importante, y esta motivación comienza desde que informamos al colaborador que va a participar en un curso virtual, ¿qué va a conseguir asistiendo?, ¿qué implicaciones tendrá para su futuro prefesional, su puesto de trabajo, ...?
2. La metodología de enseñanza que se utilice en el curso virtual debe mantener al alumno activo, aprendiendo, engancharlo con el curso, mantener su interés y motivación hasta el final.
3. Brindar ayudas para la organización personal del estudio, guías, recomendaciones, que cada uno entregue su cronograma particular de estudio, ...
4. Ofrecer tiempo de estudio en la jornada laboral, coordinado con sus superiores, ello además es una indicador muy explícito de que la empresa tiene en cuenta su esfuerzo y lo apoya en su capacitación.
5. Crear un lugar aparte para la capaciitación virtual, que no sea en la propia mesa de trabajo pues suelen tener muuchas distracciones (teléfono, email, whatsapp...).
6. Que se estudie en grupo puede ser bueno, la colaboración también es una vía para el aprendizaje, aunque los ejercicios se deben realizar de forma independiente.
7. Estimular a los que participan y terminan moral o materialmente, reconocerles públicamente su esfuerzos y sus resultados.
Suele ser muy bueno que las personas relacionadas con la gestión e implementación de las acciones de capacitación virtual, tenga la vivencia práctica como alumnos virtuales, les aseguro que desde esa visión, tomarán las mejores decisiones para el diseño y seguimiento de la acción.
Cordial saludo
Ana Ibis López Vara
Directora e-learning